Hay beneficios para todos. Se confunden y confunden, o malentienden y mienten, quienes dicen que la legislación secundaria en telecomunicaciones es “un regalo para las televisoras”.

 

Se trata de un avance para los mexicanos pues, como el PRI lo ha establecido en el párrafo 284 de su Programa de Acción, es necesario “generar mayor competencia económica, particularmente en el sector de las telecomunicaciones, para que toda la población mexicana tenga acceso a productos y servicios de mayor calidad y a mejores precios”.

 

El dictamen que se discute en el Senado, obedece al espíritu y a la letra de la reforma constitucional que va a servir a quienes vemos la tele, escuchamos la radio y usamos teléfonos celulares o Internet, porque fomenta una mayor competencia en telecomunicaciones, para que los consumidores reciban mejores servicios pagando menos, eleva la competitividad del sector, amplía la cobertura para los usuarios e impulsa el desarrollo del país.

 

Los beneficios son claros: la reforma beneficiará económicamente a los consumidores, pues a partir del 2015 se dejará de cobrar la larga distancia, lo que representará ahorros de 19 mil millones de pesos, entre todos.

 

Se harán valer los derechos de los usuarios de teléfonos celulares, el trámite de portabilidad de una empresa a otra, se realizará menos de 24 horas; los equipos se entregarán desbloqueados, para que puedan ser utilizados por cualquier compañía operadora y no sólo por la que lo vendió; y los usuarios recibiremos bonificaciones o descuentos cuando los proveedores no cumplan con los servicios contratados.

 

Se establece una política de inclusión digital universal para que casi todos los hogares y la inmensa mayoría de las micro, pequeñas y medianas empresas cuenten con acceso a Internet; 250 mil edificios, parques y sitios públicos ofrecerán servicios de conexión gratuita a la red.

 

Habrá dos cadenas adicionales de televisión abierta con cobertura nacional, lo que impulsará la producción nacional de contenidos, en los que habrá medidas para combatir la discriminación, principalmente de género y respetar los principios de interés superior de la niñez, la no violencia contra las mujeres y el desarrollo integral de ambos sectores de la población.

 

También apoya las concesiones sociales, conocidas como “radios comunitarias”, que podrán recibir parte del presupuesto publicitario de las entidades de gobierno.

 

Para bien de todos, queda claro que la legislación secundaria no sólo respeta lo que senadores y diputados del PAN y PRD aprobaron y festejaron tanto, sino que profundiza y precisa los beneficios para los usuarios de teléfonos, los televidentes, los radioescuchas, los internautas y las empresas; es decir: todos nosotros.

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