*La atleta olímpica cubana comparte experiencias con nicolaitas.

Morelia, Michoacán, a 20 de mayo de 2015.- Los atletas mexicanos tienen todo: espacios deportivos, entrenadores de talla internacional y buena alimentación, ¿qué les pasa entonces cuando no obtienen los resultados en las competencias internacionales? Tienen mucho por hacer, sin rendirse, ya que en el deporte la actitud es fundamental, aseveró Ana Fidelia Quirot, atleta cubana, quien se reunió con entrenadores y deportistas de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH).

Acompañada por el rector Medardo Serna González y el jefe del Departamento de Educación Física de esta Casa de Estudios, Sergio Armando Barajas Acosta, Ana Fidelia afirmó que el deporte es vida y debe practicarse como parte de una rutina diaria para mantenerse saludable.

Añadió que cuando se tienen aptitudes para alguna disciplina deportiva, “uno tiene que creérsela, saber que puede llegar a ser la mejor atleta a nivel mundial, mentalizarse, esforzarse día con día, establecer sus propias marcas deportivas o metas; no parar por falta de infraestructura y si se cae, hay que saber levantarse porque, como dijo José Martí, los hombres no se miden por cuántas veces se caen, sino por cuántas veces se levantan”.

Por su parte, el rector nicolaita, Medardo Serna González, al dar la bienvenida a la medallista, dijo que el tener ejemplos de vida y superación como el de Ana Fidelia Quirot, marcan la identidad humanista de la UMSNH, “ya que para poder impulsar las vocaciones deportivas entre nuestros alumnos, es necesario aprender de vidas ejemplares como la suya”. Posteriormente destacó la trayectoria de vida de la atleta cubana ante un público conformado por entrenadores y atletas de diversas disciplinas, agradeciendo su presencia y subrayando cómo las decisiones y la perseverancia llevan a una persona como Ana Fidelia al éxito en la vida, por encima de las adversidades que pueden presentarse en el camino.

Al dar inicio a su testimonio de vida, Ana Fidelia narró su infancia y vocación temprana hacia el deporte, su decisión por ser una atleta de alto rendimiento apenas a los 11 años de edad, “en Cuba el deporte es salud, por lo que a todos los niños desde los 5 años los inducen a la práctica deportiva como una materia tan importante, que si se reprueba, pierden los alumnos el año. Por las mañanas se estudia en la primaria de 8 a 4 y media de la tarde, para a partir de las 5 iniciar con el entrenamiento deportivo en todo el territorio de la isla caribeña”.

Posteriormente y de acuerdo al entrenamiento, explicó, en Cuba se selecciona a los jóvenes entre 12 y 15 años, para ingresar a la Escuela Superior de Perfeccionamiento Deportivo, en donde de acuerdo a

 

sus aptitudes y rendimiento se les proporciona entrenamiento, en el que se atiende no sólo su salud física, sino su salud mental, a través de psicólogos del deporte. Se les diseñan rutinas adecuadas de manera que puedan combinarlas con el estudio, “los que no estudian, no asisten a competencias deportivas, en mi país el buen deportista es siempre un buen estudiante”.

Con lágrimas y voz entrecortada, Ana Fidelia Quirot recordó el día de su accidente en el cual se dañó con quemaduras el 30 por ciento de su cuerpo, “la medicina cubana no sólo me salvó la vida, sino que me permitió seguir corriendo ya que me hicieron cirugías correctivas para que recuperar los movimientos necesarios para competir, desde la primeras horas el propio Fidel Castro estuvo al pie de mi cama para animarme a luchar por la vida”.

La velocista, reconocida por varios años internacionalmente como la mejor deportista femenina, hoy retirada, dio varios consejos, que a ella durante su vida fueron la clave del éxito en las competencias y entrenamiento: afirmó que el deporte no es eterno, por lo que todo aquel que tenga la vocación de dedicarse a éste, deberá también prepararse académicamente para que cuando la edad o las lesiones propias de la actividad deportiva no le permitan seguir, tenga también conocimientos para desenvolverse profesionalmente, “los deportistas tenemos que ser gente de bien”.

Acompañar la práctica deportiva con los consejos de un buen entrenador y un psicólogo del deporte, de manera que desde los estudios clínicos para conocer sus niveles de oxígeno en la sangre, la presión arterial, la atención de lesiones y control de peso, hasta el manejo de los problemas personales que pudieran afectar su rendimiento, sean atendidos a tiempo.

Cuando uno compite a nivel internacional, concluyó, sabe que cuenta con el apoyo de sus compatriotas y representa a su país, si llega a una final y no está ningún país del resto del continente, es emocionante saber que cuenta con el apoyo de todos los países Latinoamericanos, “el deporte implica sacrificios, pero al final vale la pena, porque no es sólo cuestión de ganar medallas, sino de tener el orgullo de representar a tu gente, a tu pueblo”.

Amablemente, la atleta contestó las preguntas de los asistentes, quienes coronaron con un aplauso la presencia de Ana Fidelia Quirot en el espacio nicolaita.

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