Es lamentable que en un país de una riqueza tan abundante como México, la pobreza lejos de disminuir tienda a aumentar, tanto que nuestra nación es de las únicas dos que reportan un incremento en la pobreza en América Latina, señaló el legislador Eleazar Aparicio Tercero, integrante de la Comisión de Derechos Humanos de la LXXII Legislatura local.

            El diputado por el distrito de Pátzcuaro apuntó que la pobreza y la indigencia son fenómenos al alza en nuestro país, en donde la falta de oportunidades, no sólo cortan la posibilidad de desarrollo de millones de mexicanos, sino también su sobrevivencia.

            Conforme a los datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el legislador perredista refirió que la pobreza y la indigencia en nuestro país crecieron en dos años a una tasa anual de 0.4 por ciento.

            “La pobreza en México afecta al 26 por ciento de la población, lo que resulta alarmante al observar cómo la riqueza en el país se acumula en unas cuantas manos mientras que la inmensa mayoría sólo cómo busca sobrevivir”.

            Aparicio Tercero apuntó que la pobreza relativa, entendida como aquellos que aún trabajando no alcanzan un nivel de ingresos superior al 50 por ciento de la media, también ha vuelto a crecer en México, “descendió de manera continuada desde 1996, pero volvió a incrementarse a partir de 2007”.

            El legislador señaló que México tiene menores tasas de crecimiento debido a que la economía mexicana sigue sin poder despegar debido al modelo que desde el gobierno federal se ha venido impulsando, el cual hipoteca los bienes nacionales a favor de los grandes capitales.

            Recordó que el incremento de la pobreza en nuestro país ocurre al tiempo de que la desigualdad en la distribución del ingreso aumenta, “siete de cada cien personas viven en pobreza en nuestro país, mientras que otras 14 de cada cien sobreviven en la indigencia, lo que en conjunto muestra como uno de cada dos mexicanos, o 51 de cada cien, se encuentran en una condición en la que no tienen acceso a los satisfactores esenciales que garantizan el nivel mínimo de bienestar”.

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